Los drones son buenos, son bonitos, son divertidos… Pero son peligrosos.
Por ello en febrero de este año, la Policía de Holanda llegó a un acuerdo con Guard from Above para entrenar aves, en concreto águilas, con la finalidad de derribar a estos artefactos cuando se introdujesen en zonas no permitidas.
En el sitio web de la compañía, el fundador y CEO de Guard from Above, Sjoerd Hoogendoorn afirmó que:
Durante años, el gobierno ha estado buscando formas para contraatacar el indeseable uso de los drones. A veces una solución de baja tecnología para un problema de alta tecnología es más obvio de lo que parece. Éste es el caso con nuestras aves especialmente entrenadas. Usando los instintos de estas aves, podemos ofrecer una solución efectiva a una nueva amenaza.
Pues bien, parece ser que el entrenamiento ha llegado a su fin y los animales han sido entrenados para que crean que los drones son su presa y con ayuda de sus garras que les permiten atrapar pequeños animales, tienen el tamaño perfecto para hacer aterrizar a los drones.
Dichos animales estarán al cargo de 100 oficiales de la Policía Holandesa que, mientras el águila derriba el aparato, se encargarán de reducir al operador del dron y confiscar el aparato.
En las pruebas que se han realizado, las aves han resultado ser unas magníficas “cazadrones” habrá que ver si la aplicación en el día a día es igual de satisfactoria.
Aunque, si ya se usan halcones para espantar pájaros de los aeropuertos ¿por qué no usar águilas para espantar drones?