4.00 pm. Acabas de terminar de comer y te pones a echar un vistazo a Facebook desde tu móvil, es posible que hasta actualices tu estado.
Debes de dar gracias por llevar a cabo esta acción desde España, puesto que si la hicieses desde una cárcel de Carolina del Sur, en Estados Unidos, serías castigado como si abusases sexualmente de tu compañero de celda.
Y, es que, cientos de presos están recibiendo penas exageradamente duras por el uso de redes sociales de forma secreta. El más grave es Tyheem Henry, un hombre que ha sido sentenciado a pasar 37 años en régimen de aislamiento por haber publicado 38 mensajes en Facebook. Además, hay que añadirle a esta suave condena que perdió 74 años de privilegios de comedor, teléfono y visita.
Su caso es extremo, pero él no es el único: The Electronic Frontier Foundation descubrió más de 400 casos en los últimos tres años, donde reclusos fueron disciplinados por uso de redes sociales como si fueran violaciones de Nivel 1, que incluye disturbios, homicidios, toma de rehenes y un serie de transgresiones más violentas y graves.
La EFF evaluó el razonamiento detrás de las sentencias largas: “Las sentencias son tan largas porque Departamento de Correcciones de Carolina del Sur (SCDC) emite una violación Nivel 1 separada por cada día que un preso tiene acceso a una red social. Un preso que publica cinco actualizaciones de estado durante cinco días, recibiría cinco violaciones nivel 1 separadas, mientras que un preso que ha publicado 100 actualizaciones en un día recibiría sólo una.
En otras palabras, si un recluso de Carolina del Sur causó un alboroto, tomó tres rehenes, los asesinaron, robaron sus ropas, y luego escapó, él todavía podría terminar con menos delitos nivel 1 que un reclusa que actualiza Facebook todos los días durante dos semanas.”
Carolina del Sur tiene los castigos más severos y excesivos en los Estados Unidos, pero no es el único estado que iguala mensajes de Facebook con actos atroces. En Nuevo México, como señaló la EFF, un preso fue “al agujero” durante dos meses después de que miembros de su familia publicaran en Facebook en su nombre.
En otros estados, sin embargo, las restricciones de medios sociales están siendo desafiadas. Una ley de Arizona que prohíbe que los reclusos tengan acceso a Internet a través de un tercero fue desestimada por ser inconstitucional. El Departamento de Prisiones de Florida dió marcha atrás en una propuesta de política similar a la de Carolina del Sur después de que el Instituto de Justicia de la Florida y otros grupos de libertades civiles amenazaran con llevarlos a los tribunales.
De acuerdo a la EFF, el equilibrio entre los derechos de los prisioneros con la seguridad pública es una tarea difícil, pero las cárceles -y las empresas que las asisten- deben tener en cuenta proporcionalidad e imparcialidad para que la justicia realmente sea servida.