Atrás quedaron los vídeos caseros de Bin Laden en los telediarios para expandir el mensaje yihadista por el mundo. Ya no hace falta viajar a Siria para recibir entrenamiento militar, aprender a usar un AK-47 y fabricar tus propios explosivos.  Ni tan siquiera unirte a una cédula terrorista. Es más fácil que todo eso: necesitas conexión a internet.

Todo un despliegue de marketing y comunicación se encuentra detrás del nuevo fenómeno del terrorismo yihadista.

Han cambiado de táctica y se han enfocado en dos aspectos: crear un hueco en la red de manera sutil sorteando cualquier obstáculo (mediante perfiles en RRSS, foros, videos, revistas en pdf, Deep web) y alcanzar el mayor número de adeptos a la causa como si de followers se tratara.

Conocen el medio idóneo para conseguirlo en un mundo globalizado, y gracias a ello, es posible emitir el mensaje a cualquier rincón del mundo y captar seguidores sin barreras que valgan. Más si cabe, cuando es de especial interés llegar a los musulmanes que se encuentran en occidente, y concretamente a los más jóvenes que cuentan con un amplio domino de las RRSS.

El primer paso empieza cuando se curiosea por perfiles de Twitter, Facebook y foros abiertos. A pesar de los medios que existen para frenarlos, son fáciles de encontrar con una rápida búsqueda. Por ejemplo, es habitual que en Twitter estas cuentas tengan un “carahuevo” como foto de perfil, no tengan demasiada actividad y pocos seguidores.

Dichos perfiles pretenden algo más que llamar la atención de quienes entran, sino que se involucren y participen con la comunidad mediante comentarios, likes, retweets, etc., Pero siempre de manera perspicaz, con el peligro de que la cuenta sea eliminada.

cyberterrorim

Llegado este momento, los ciberreclutadores van a fichar aquellos que estén más comprometidos con la causa, y van a ponerse en contacto con ellos mediante mensajes privados para invitarles a un foro o chat privado en los que se necesita un patrocinador y unas claves de acceso. En este, se difunden videos, mensajes, y revistas online de forma más explícita, y se van uniendo lazos con otros usuarios más radicalizados. Estos vídeos nada tienen que envidiar con las superproducciones de acción, estando producidos por personal experto en la materia y con grandes recursos, aunque en ocasiones son de dudosa veracidad.  Muestran desde ejecuciones a infieles, hasta instrucciones para elaborar un artefacto casero.

Los alumnos más aventajados se adentran en la Deep Web, donde pueden encontrar foros mucho más completos con vídeos exclusivos, guías para viajar y combatir en Siria, contactos directos con yihadistas, trucos para moverse en RRSS, acceso a apps encriptadas, etc.

El punto álgido se encuentra en un peligroso proceso de radicalización que les lleva a consumir de forma reiterada este material de autoadiestramiento que les capacita para convertirse en combatientes preparados para cometer atentados terroristas en suelo europeo siguiendo un modus operandi sencillo como atropellos, apuñalamientos, acciones suicidas o la confección de artefactos explosivos caseros.

Esta nueva oleada del terrorismo yihadista low cost y de radicalización exprés en la red se presenta como el principal peligro para la seguridad, siendo cada vez más habitual que en apenas unas semanas se radicalicen individuos, que cegados por el discurso cometen atentados habiendo sido principalmente captados y adoctrinados delante de una pantalla.

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