Pokeparada, dícese de esas pequeñas balizas que coinciden con monumentos o lugares emblemáticos de una zona y que dan objetos cuando las encuentras, en caso de que seas jugador de Pokémon Go. En caso de que no seas jugador, lo identificarás como lugar en el que se arremolinan niños – y no tan niños – a conseguir pokeballs, picakus, pocionballs y todas esas cosas sin importancia.
¿Qué problema generan estos lugares? Pues que suelen congregar a mucha gente a lo largo del día y su ubicación no siempre es la correcta y una situada en Rogers Park, un tranquilo distrito de Chicago próximo a la costa, se lleva la palma. La pokeparada encuentra exactamente en el centro de la reserva de Loyola Dunes, reconocida como espacio natural protegido.
Los vecinos de la zona incluida la representante del estado de Illinois, Kelly Cassidy, no están dispuestos a que todos sus esfuerzos por preservar la zona se vayan al traste por esta nueva “moda” y han enviado a través del formulario online más de 200 solicitudes para eliminar la pokeparada de Loyola Dunes. Pero únicamente han recibido silencio como contestación.
Ante esta situación la representante ha propuesto una ley estatal que obligue a desarrolladores de videojuegos y aplicaciones móviles a retirar lugares virtuales por razones de interés histórico – como ya hizo Niantic con el Museo del Holocausto cuya ubicación fue eliminada gracias a miles de peticiones y la gran cobertura mediática que recibió -, religioso o ecológico, o en caso de que se considere que la localización de ese lugar virtual pueda suponer algún tipo de riesgo para la seguridad de los jugadores o del resto de ciudadanos.
El borrador también propone sanciones de 100 dólares diarios por cada solicitud que la empresa no atienda. Puede parecer algo exagerado pero tras lo sucedido con determinados usuarios de Pokémon Go, no nos parece una locura.
Fundador y director de DerechodelaRed.