Si te has fijado en la foto que encabeza esta noticia, puede parecer que Instagram ha realizado una exposición con algunas de las mejores fotografías de sus usuarios.
Nada más lejos de la realidad, se trata de la feria de arte de Frieze en Nueva York, en la cual el fotógrafo Richard Prince exhibió una serie de capturas de pantalla de la red social, vendiéndolas casi en su totalidad por 90.000 dólares.
Esta exposición fue titulada “New Portraits” y, para prepararla Prince accedió a Instagram en busca de retratos que cumpliesen una serie de características: mujeres semidesnudas y atractivas que posasen para la cámara. Posteriormente, dejaba un comentario en cada fotografía, para darle un toque personal y procedía a tomar la captura de pantalla para después imprimirlas.
La indignación de los afectados no ha tardado en llegar. Doedeere, una de las afectadas, ha subido una captura de pantalla a su perfil, en la cual se ve su foto publicada en la exposición, en la cual dice que en ningún momento dió su permiso para que se expusiese dicha captura.
La venta de estas capturas ha provocado un gran revuelo e indignación en las redes sociales. “Los usuarios de Instagram son los únicos dueños de sus fotos. Punto” ha afirmado una fuente al diario The Washington Post
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