¿Alguna vez te has preguntado cómo manejan nuestros datos las aplicaciones que utilizamos? ¿Qué hay detrás de los kilométricos (y muchas veces confusos) términos y condiciones de sus servicios? ¿Y si te dijera que agencias gubernamentales están comprando datos de ubicación extraídos de aplicaciones que a simple vista parecen inofensivas?

A partir de una investigación que incluyó entrevistas con desarrolladores, registros públicos del gobierno de Estados Unidos y análisis técnicos, la publicación digital Motherboard revela la trama detrás de dos empresas:  X-Mode y Babel Street.

X-Mode ofrece un SDK (Software Development Kit) de localización. El modelo de negocio es el siguiente: X-Mode le paga a los desarrolladores una comisión a cambio de incluir su software de captura de datos de ubicación, para acopiarlos y luego revenderlos al mejor postor. Todos los datos recopilados son en teoría anonimizados; sin embargo, identificar usuarios individuales es posible, tal como lo demuestra el New York Times en este articulo). 

Babel Street, a través de su producto Locate X brinda un servicio que permite realizar un rastreo de la ubicación de dispositivos móviles. Para ello, la herramienta se nutre de los datos recopilados por aplicaciones. Usando Locate X un analista puede dibujar un área en un mapa y determinar qué dispositivos móviles estuvieron en ese área en un rango determinado de tiempo.

El punto más preocupante es que las empresas mencionadas anteriormente ofrecen un atajo a agencias gubernamentales y/o terceros dispuestos a pagar por el servicio. En lugar de solicitar una orden judicial para obtener los datos de manera legal, es posible comprados directamente a éstas empresas sin ningún tipo de control (ver “Secret Service Paid to Get Americans’ Location Data Without a Warrant, Documents Show”)

De manera acertada tanto Apple como Google han prohibido recientemente el uso de X-Mode en sus plataformas. Sin dudas, un paso en la dirección correcta, pero esto es sólo la punta del iceberg: actualmente hay decenas de compañías dispuestas a hacer negocios con nuestra información.

Se dice que “el conocimiento es poder” y ésto aplica no sólo a lo que las empresas saben de nosotros (que no es poco, basta con ver el siguiente ranking), sino también a nuestro poder como usuarios para estar atentos e informados.

En un contexto en el que los cambios a las leyes y regulaciones muchas veces llegan tarde, la ya célebre frase de Edward Snowden sobre la privacidad está más vigente que nunca: “Argumentar que no te importa el derecho a la privacidad porque no tienes nada que esconder es como decir que no te importa la libertad de expresión porque no tienes nada que decir.”

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