El tribunal les condena también a indemnizar con 37.000 euros a los cerca de 172 perjudicados y a las 15 entidades financieras.
Los mensajes contenían expresiones insultantes e intimidatorias hacia su persona tales como que era «una puta a la que iba a matar», «que le iba a destrozar toda la casa» y que, además, «era una hija de puta» y «una puta mierda.»
Ejerció “un control incesante en la vida de la perjudicada, alterándola gravemente e impidiendo que se desarrollase con normalidad”. La Sala le absuelve de cuatro delitos de agresión sexual y de los delitos de amenazas, malos tratos y delito leve de injurias por los que el fiscal pedía 53 años de prisión
Considera que no se ha probado suficientemente la comisión de dicho delito al no estar constatado ni de manera indirecta que la voluntad del autor fuera tendente a querer incitar la comisión de delitos de terrorismo.





